Latinoamérica: Desplante a Brasil

Por:

Editorial

En:

El Deber

País:

Columnas

Fecha:

23 de septiembre de 2016

Algunas delegaciones de la región abandonaron la sala de sesiones de las Naciones Unidas cuando el nuevo presidente de Brasil, Michel Temer, comenzaba a pronunciar el discurso de inauguración de la asamblea. Es tradición en el organismo internacional que sea el presidente de Brasil quien pronuncie el primer discurso, para que luego hablen los demás presidentes que lo deseen. Pues, esta vez, las delegaciones de Bolivia, Ecuador, Venezuela, Cuba y Costa Rica salieron del hemiciclo cuando comenzaba a hablar Temer, para mostrar su rechazo a la destitución de Dilma Rousseff de la Presidencia del país más grande de América Latina.

Luego de las primeras reacciones producidas tras la destitución de Rousseff, el canciller brasileño, José Serra, dijo que los países que criticaban el procedimiento podían aprender de democracia viendo lo que ocurrió en Brasil. Se refirió a que un Parlamento autónomo tomó la decisión de destituir a Rousseff para que la justicia, otro poder autónomo en Brasil, la juzgue por presuntas irregularidades cometidas en su mandato. Esa justicia es la que decidió, además, juzgar al expresidente Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva por la situación desastrosa en que quedó la empresa Petrobras tras las gestiones del Partido de los Trabajadores (PT).

El desplante hecho al nuevo presidente de Brasil por parte de las delegaciones mencionadas no llamó la atención del periodismo internacional, y ni siquiera de medios brasileños, excepto el diario Folha de Sao Paulo, que le dedicó tres párrafos. El Gobierno de Costa Rica emitió un comunicado, muy corto, en el que dice que su delegación tuvo ese gesto en la ONU por una decisión aislada, con lo que quiso mostrar que no forma parte del bloque conformado por Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador.

Bolivia ha tenido un comportamiento confuso frente a la crisis brasileña. El presidente Evo Morales llamó a su embajador como protesta, pero luego el canciller David Choquehuanca explicó que el llamado fue de rutina y que nada había cambiado entre los dos países, lo que fue tomado en Brasilia como una disculpa.

La relación con Brasil, dada la dependencia que tiene Bolivia de las exportaciones de gas, debería ser tratada con mayor tino por parte del Gobierno nacional. Ningún otro país, de los que participaron en el desplante, tiene una relación económica tan estrecha con Brasil como la tiene Bolivia. Los intereses del país deberían estar por encima de consignas y comportamientos infantiles.

 

 

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Publicado originalmente en Editorial de El Deber (Bolivia), el 22 de septiembre de 2016.