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El fuerte terremoto que sufrió Chile en la zona centro sur pone a prueba al paÃs. Incluso para una sociedad con larga experiencia en sismos, ésta tragedia azotó con desmesurada fuerza. El terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter, fue uno de los sismos más fuertes de los que existe registro, de ahà que su real magnitud es difÃcil aún de dimensionar.
A 723 se elevó la cifra oficial de muertos a causa del terremoto, y se continúa en la búsqueda de personas desaparecidas. Se teme que el número aumente.
Frente a la magnitud del desastre la comunidad internacional no tardó en reaccionar. La solidaridad de lÃderes globales y personas comunes se han dejado oÃr a través de discursos y las redes sociales de internet. Argentina, Uruguay, Bolivia y Japón son algunos de los paÃses que comprometieron su solidaridad con nuestro paÃs y, especialmente, con los damnificados por el terremoto.
La capacidad de respuesta se ha puesto a prueba, aún son muchos los suministros básicos, como electricidad, agua, gas y teléfono que continúan cortados, dificultando la información, el desplazamiento y la distribución de alimentos. En este sentido, las noticias sobre saqueos -de bienes suntuarios- demuestran la peor cara de la tragedia.
Ante estas complejas circunstancias, las autoridades han decretado zona de catástrofe en territorio comprendido entre la V y la IX regiones y anunciaron la suspensión del regreso a clases. Pero rápidamente, en las zonas más afectadas, se anunció la firma del decreto de Estado de Excepción constitucional de catástrofe, para las regiones de Maule y BiobÃo, por 30 dÃas, y que significa que las Fuerzas Armadas y de Orden asumen el control de la seguridad en la zona especÃfica en la cual rige el decreto. La Mandatariaexplicó que «lo que se ha buscado con esta medida es garantizar la situación de orden público en las zonas más afectadas y acelerar la distribución y entrega de ayuda».
Además de las dolorosas pérdidas humanas también se ha sufrido una gran destrucción de infraestructura, con el derrumbe de edificios, casas, puentes y hospitales que plantean otro enorme desafÃo. Especialmente cuando estamos ad portas del cambio de mando, y las nuevas autoridades asuman un paÃs que está sufriendo y necesitando de ayuda. Esto supone un desafÃo de unidad nacional y solidaridad, esperamos que todos los sectores estén a la altura.