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Con miras a las elecciones de diputados y alcaldes, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional(FMLN) desea implementar un proyecto de tinte ideológico-político con la meta de reclutar militantes. No obstante, esta tendencia de «adiestramiento» político no solo se está dando en El Salvador, sino también en Venezuela con las célebres «guerrillas comunicacionales» del gobierno de Hugo Chávez, supuestamente con la intención de «combatir la desinformación, que promueven los medios informáticos privados»[1].

Este proyecto denominado plan estratégico 2010-2012, se ejecuta por medio de instituciones educativas, especializadas con la visión marxista-leninista revolucionaria del FMLN, y dirigidas a captar la atención, principalmente, de mujeres, niños y adolecentes. El objetivo es poder «(.) construir un partido granítico, sólido, disciplinado y combativo que defienda el proyecto histórico revolucionario y democrático con una sola orientación, y es hacia la construcción de un modelo socialista (.)»[2].

El partido fundado por el ex presidente, Farabundo Martí, busca crear aliados estratégicos que estén de acuerdo y se hayan formado desde su compás ideológico; militantes «(.) que estén dispuestos siempre a afrontar cualquier debate y a responder hasta con su vida de la buena marcha de la Revolución»[3]. Estas posturas radicales, de alguna manera o de otra, llevan a recordar prácticas del pasado, por lo demás ya obsoletas, como el adoctrinamiento soviético o nazi.

Dentro del espectro de las mujeres, el adoctrinamiento se realizará a través de la Secretaría de la Mujer. Mientras que en el caso de los niños y adolecentes, el FMLN ha considerado formar comités infantiles con los hijos de la propia militancia con la finalidad de «inculcarles la ideología revolucionaria como la base fundamental» del plan.  A lo que la oposición ha rebatido duramente. Un ejemplo de ello son los comentarios que la legisladora del partido Alianza Republicana Nacional (ARENA), Mariella Peña Pinto, ha emitido acerca del uso de los menores con propósitos partidistas. Todo ello ha generado una enorme polarización de la sociedad frente al tema.

La semana pasada se celebró la finalización de escuelas de formación política con la graduación de 900 alumnos, sólo de San Salvador. De este modo, para diputados del FMLN, como Benito Lara y Sigfrido Reyes, están forjando militantes para futuras luchas político-ideológicas, con el fin de derrotar «totalmente» a la oposición.

A su vez, el FMLN reformó sus estatutos con la meta de que sus militantes tengan formaciones en el ámbito político una vez más, lo cual asegura «recuperar el modelo de partidos de cuadros, altamente organizado, disciplinado, armado ideológicamente y con amplios vínculos en la sociedad»[4]. Buscan fortalecer su presencia política, lo que se contrapone a la falta de unidad que ha evidenciado la oposición tras los últimos resultados electorales, y que también ha suscitado numerosos conflictos internos.

Es así como es preocupante que se estimulen este tipo de instituciones de enseñanza, no sólo por la provocación política que se genera en el sistema, sino también por la polarización social que conlleva. Estas posiciones extremas que buscan que «la juventud aprenda de Lenin», están fuera de toda lógica contemporánea. Son otras las realidades que se viven en el mundo. El foco de los partidos debe ser la inclusión y la formación en las ideas de una sociedad libre y tolerante, no quedarse en el pensamiento totalitario, que tanto daño causaron en el mundo.