Latinoamérica: El desafío Celac

El 16 y 17 de agosto, por mandato de los presidentes de los 33 países latinoamericanos que conforman la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe), se reunirán en la Aladi la totalidad de los organismos de integración de la región.

La misión es doblemente trascendente. Por un lado, se trata de debatir iniciativas, sobre todo en lo económico–comercial, que le vayan dando contenido al tan postergado objetivo de la unidad latinoamericana. Y, por el otro, demostrar que se pueden articular agendas, programas y visiones entre los distintos organismos subregionales, superando la fragmentación, la dispersión de esfuerzos y la duplicación de tareas.

Problemáticas y preocupaciones que son de tratamiento compartido en nuestra región, como el aumento del comercio intrarregional, la modernización de la infraestructura, la integración energética, la defensa de los recursos naturales, el combate al cambio climático, la seguridad alimentaria, la construcción de la ciudadanía latinoamericana y el libre tránsito de las personas, los sistemas de pagos en monedas locales, la relación con el Asia Pacífico, la cooperación cultural y las políticas sociales, de salud, educación y medio ambiente, conforman un cuerpo de opciones que hay que ir alineando y armonizando en programas comunes.

Para ello es necesario e imprescindible inaugurar un mecanismo que integre dichas problemáticas y así se puedan generar insumos para que la Celac pueda avanzar, seleccionando los temas que los países consideren centrales en la agenda latinoamericana.

Contar con un mecanismo que reúne a los 33 países latinoamericanos es un gran desafío para todos, ya que desde hace tiempo se ha naturalizado la idea de Latinoamérica sólo como un espacio cultural, una comunidad de origen pero que difícilmente que pueda transitar de conjunto hacia un futuro compartido. Es cierto que tenemos una realidad diversa y modelos de desarrollo y de inserción internacional muy diferentes. Trabajar cooperativamente sobre esta pluralidad de opciones es el gran reto de nuestra época. En un mundo incierto y volátil protagonizado por macro regiones, América Latina y el Caribe pueden y deberían ser uno de los protagonistas ascendentes de otra globalización distinta a la actual, una civilización que coloque a la persona en el centro, a la producción y al trabajo por sobre la especulación financiera y el hiperconsumo y a la justicia social como paradigma de un sistema más humano y compatible con el desarrollo sustentable.



Publicado originalmente en Diario Financiero (Chile) el 14 de agosto de 2012.
De Carlos Chacho Álvarez