Los primeros conceptos que uno aprende en economÃa y polÃticas públicas es que los recursos son escasos y las necesidades ilimitadas, por lo que se debe aprender a ocupar los recursos escasos para crear valor y distribuirlos entre las personas para cubrir necesidades. Es por ello que algunos intelectuales, como el premio nobel G. B. Shaw, definen la economÃa como el arte de sacarle el máximo provecho a la vida (Economy is the art of making the most of life), y otros la explican como la ciencia de la escasez.
Ahora bien, la cantidad de recursos del paÃs dependen tanto de factores internos como externos, la economÃa internacional y las polÃticas asociadas a incentivar el crecimiento, empleo e innovación, por ejemplo, para el caso de Chile es clave el precio del cobre. Eso sÃ, no se debe olvidar que un paÃs puede recaudar a través de mayores impuestos, que pueden disminuir el crecimiento, o a través de mayor recaudación al tener un crecimiento alto.
En el caso en que el próximo gobierno tenga un menor crecimiento, posible por todos los factores antes mencionados, se debe tener claro que tratar de satisfacer las demandas ilimitadas de todos los actores es imposible. Es fundamental priorizar y focalizar la ayuda, de manera de crear valor y entregarlo a quienes más lo necesitan.
El manejo de expectativas es un tema complejo, especialmente en épocas de campaña. Prometer utopÃas es gratis, pero no se puede competir con sueños. En general, no se presentan planes que justifican y demuestran cómo y de a dónde se sacarán los fondos para desarrollar esos compromisos. Cada vez es más difÃcil escuchar propuestas concretas, y más fácil caer en el populismo que vemos en nuestros vecinos latinoamericanos, donde Chile no está ajeno de este fenómeno.
Esta competencia de «ofertones» que responden a todas las demandas sociales sin justificarlas, junto con los discursos que buscan generar problemas más que soluciones y la baja en la confianza de las instituciones polÃticas, crea un terreno fértil para la generación de liderazgos que en la práctica rayan lo mesiánico.
El precio del cobre ha generado bonanza en nuestras cuentas públicas y ha ayudado a financiar gran parte de los programas sociales, algunos necesarios para generar una sociedad de oportunidades y emparejar la cancha. Pero en un contexto distinto con menor crecimiento se debe focalizar para quienes realmente lo necesitan, buscando criterios de justicia y no igualdad absoluta.
Se debe tener cuidado con las propuestas populistas que se presentan, buscando gratuidad para todos los sectores en cualquier ámbito donde haya un actor que alce la voz, y cuidar esas frases de falsa responsabilidad fiscal, que concluyen que subir los impuestos soluciona todos los problemas de presupuesto, lo que al final termina afectando a las personas y los pequeños y medianos negocios de los chilenos.
En épocas de menor crecimiento, hay que fijar objetivos claros, entender que los recursos son limitados y que no todas las necesidades de los ciudadanos pueden ser satisfechas por el Estado. No se debe jugar con las ofertas de pan y circo, ya que el riesgo de caer en el populismo siempre estará presente en el ambiente.
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* Coordinador del Programa Sociedad y PolÃtica de LyD
Publicado originalmente en El Mostrador, 2013