Brasil: Temer busca cuadrar las cuentas de Brasil tras entregar concesiones para salvar su cargo

Por María Akbulyakova

Cuando el presidente de Brasil, Michel Temer, logró mantenerse en el poder luego de que el Congreso desechara una acusación de corrupción pasiva en su contra a principios de mes, los inversionistas respiraron aliviados: el mandatario parecía haber despejado el camino para seguir con su ambiciosa agenda de reformas económicas que buscan sacar al país de casi tres años de recesión.

“El gobierno a menudo toma medidas duras pero indispensables para la salud de las finanzas públicas de nuestro país”, afirmó Temer la semana pasada. Sin embargo, sus discursos parecen contrastar con acciones, al menos cuando se trata de su permanencia en el poder: las concesiones que realizó en su ambiciosa agenda de reformas a cambio del apoyo de los parlamentarios de la debilitada base aliada descuadraron el presupuesto fiscal.

Un ejemplo claro es el programa de alivio fiscal Refis, que permite pagar deudas de impuestos vencidos. La iniciativa fue modificada, haciendo caer las expectativas de recaudación inmediata de 13 mil millones de reales (US$ 4 mil millones) a apenas 500 millones de reales, al introducir el perdón generoso de un 99% de las multas, intereses y cargos y al aumentar el plazo de pagos a hasta 20 años.

A los menores ingresos se suman mayores gastos. Un informe de Contas Abertas, un grupo que monitorea las decisiones del gobierno, mostró que en junio y julio se otorgaron más de US$ 1.300 millones en fondos discrecionales para los distritos, una cifra inusualmente alta.

¿Subir impuestos?

La entrega de concesiones a cambio de favores políticos, una recaudación tributaria inesperadamente baja por una estimación demasiado optimista del crecimiento y aumentos de salarios previamente comprometidos a los funcionarios públicos dejó al gobierno con dos opciones: recortar los gastos o aumentar los ingresos, a través de un alza de los impuestos.

El aumento de los tributos sería una batalla muy arriesgada para Temer. La semana pasada el diario brasileño O Globo informó que el gabinete estaba evaluando subir el impuesto a la renta a las personas de mayores ingresos a hasta 35% (desde el 27,5% actual).

El anuncio generó una tormenta de críticas y forzó a Temer a asegurar al día siguiente de forma tajante que “no habrá aumento”. La tensión que provocó este impasse dejó en entredicho la perspectiva de aumentar o introducir nuevos gravámenes, o de poner fin a algunas exenciones tributarias.

Por su parte, el alza del impuesto a los combustibles anunciado por el gobierno a fines del mes pasado fue suspendido por el tribunal supremo mientras evalúa su constitucionalidad.

Nueva votación

El escenario no es auspicioso para Temer, quien tiene en lista de espera las comprometidas reformas a las pensiones, electoral y tributaria. El mandatario tiene poco espacio de maniobra en el Congreso: la Fiscalía presentaría nuevas acusaciones en su contra por asociación ilícita y obstrucción a la justicia en septiembre, dejando el futuro de Temer nuevamente en manos de los parlamentarios.

La acusación de corrupción pasiva en contra del presidente fue rechazada por 263 diputados, solo levemente por encima de la mayoría simple de 257 parlamentarios necesarios para cambios menores y lejos de los 308 que se requieren para aprobar la reforma de pensiones.

“Creo que el gobierno no está en el momento ideal de hacer amenazas”, afirmó al diario Valor Económico el líder de uno de los partidos aliados de Temer en respuesta al ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, quien dijo que no aceptará más cambios en el Refis.

Eso hace prever a los analistas que la búsqueda de apoyo podría llevar a Planalto a realizar aún más concesiones. Por ejemplo, la moderación de la reforma a las pensiones a sólo una “actualización” del sistema actual tendría efectos en el corto plazo.

El secretario de Pensiones, Marcelo Caetano, prevé un aumento en el déficit de pensiones de 20 mil millones de reales en 2018 si no se aprueba el texto que recibió luz verde en la comisión especial del Congreso.

Mayor déficit

Con este contexto adverso, el gobierno debió admitir que sus cuentas no cuadran y elevar la meta de déficit fiscal. La semana pasada hubo intensas negociaciones entre Temer, sus ministros y parlamentarios, pero no hubo consenso en una cifra.

Pero a pesar de la ausencia de un número oficial, se espera que la meta para el gobierno central se eleve a de 139 mil millones de reales a 159 mil millones de reales para 2017 y de 129 mil millones de reales a 149 mil millones de reales para 2018.

“Los mercados incorporaban a precios que se lograran aprobar algunas medidas fiscales, pero la recesión ha llevado a que las cifras del presupuesto empeoren aún más”, dijo a Bloomberg Win Thin, vicepresidente senior de mercados emergentes de Brown Brothers Harriman&Co.

“Creemos que las evaluaciones no reflejan el riesgo de deterioro fiscal”, afirmó por su parte Steve Drew, jefe de crédito de mercados emergentes de Janus Henderson.

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Publicado originalmente en Diario Financiero (Chile), el 14 de agosto de 2017.