Latinoamérica: OMC aprueba histórico tratado entre 156 países para la liberalización del comercio

Los 159 países con derecho a voto de la Organización Mundial de Comercio (OMC) aprobaron el 7 de diciembre del 2013 el primer gran tratado para la liberalización del comercio en casi 20 años, al cierre de la cumbre que se realizó en la isla indonesia de Bali.

El llamado paquete de Bali para la eliminación global de barreras comerciales, la reducción de los subsidios agrícolas y la entrega de ayuda para los países en desarrollo fue aprobado por consenso por las naciones que integran la OMC, anunció el ministro de Comercio de Indonesia y presidente de la novena conferencia ministerial, Gita Wirjawan.

«Por primera vez en la historia, la OMC cumplió con sus promesas», declaró el director general del organismo, el brasileño Roberto Azevêdo. «Es un logro histórico en un momento de débil crecimiento y alto desempleo», afirmó Gita Wirjawan. «Y con ello la OMC vuelve al escenario central de los acuerdos comerciales internacionales».

Azevêdo aseguró que el acuerdo beneficiará a millones de trabajadores en todo el mundo y creará nuevos empleos. El paquete de Bali es además un claro avance hacia la realización de la agenda de desarrollo aprobada en 2001 en Doha. «El paquete de Bali no es el final, es el comienzo», añadió el brasileño con lágrimas en los ojos tras días de negociaciones casi sin pausa.

El comisario de Comercio de la UE, Karel de Gucht, dijo por su parte que servirá para ahorrar «unos 325.000 millones de euros al año a los países en desarrollo». 

También el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, predijo una «mejora real» en la economía. «Las ganancias potenciales en la economía global podrían llegar a un billón de dólares (…) El acuerdo llevará ayuda vital a las personas más pobres del mundo en los países menos desarrollados». 

La Unión Europea (UE) otorgará 400 millones de euros (548 millones de dólares) en cinco años para ayudar a los países en desarrollo a poner en práctica el convenio.

El texto, que incluye diez puntos de acuerdo, simplifica los trámites aduaneros para el comercio internacional. Establece mecanismos para que los países más pobres tengan acceso a los mercados de las naciones industrializadas y emergentes y se refuerza además la ayuda al desarrollo en el área comercial. En cambio se reducen las subvenciones al sector agrario.

El consenso se consiguió el viernes gracias a que se le garantizó a India una excepción a sus subvenciones alimentarias para cubrir las necesidades de 820 millones de personas, ya que el volumen del programa indio supera los límites máximos establecidos por la OMC para las ayudas agrícolas. Nueva Delhi había amenazado con bloquear el paquete Bali si surgían problemas para la seguridad alimentaria de su población.

También Cuba había rechazado el viernes el preacuerdo (en nombre asimismo de Bolivia, Venezuela y Nicaragua), para llamar la atención sobre el embargo comercial de Estados Unidos contra la isla. Azevêdo había recalcado sin embargo que el paquete de Bali no estaba en peligro.

Como contrapartida a la excepción hecha con India, que aceptaron tanto Estados Unidos como la UE, el país asiático deberá garantizar que con su programa para el acopio y entrega de arroz y cereales a precios fijados por el Estado no provoca una distorsión comercial en los mercados de otros países. Esto se daría, por ejemplo, si los alimentos no sólo son usados para la ayuda a los pobres, sino que aparecen en mercados extranjeros y distorsionan los precios. Esta es una preocupación sobre todo de Pakistán y Tailandia.

Varias ONG criticaron el acuerdo porque en su opinión va en desmedro de los países en desarrollo. Es «difícil de comprender por qué en el futuro ningún país podrá tomar amplias medidas estatales para apoyar a los pequeños campesinos y la lucha contra la pobreza», criticó la organización eclesial alemana «Brot für die Welt» (Pan Para el Mundo). «El acuerdo de Bali muestra que la OMC es el marco equivocado para acordar regulaciones globales sobre seguridad alimentaria», añadió. 

Por el contrario, el pacto fue saludado por la Cámara de Comercio Internacional, que reúne a los empresarios. Tan sólo con las medidas de simplificación aduanera ya adoptadas las compañías podrán ahorrarse en todo el mundo entre un 10 y un 15 por ciento de costes en el comercio transfronterizo. En su opinión, las nuevas medidas pueden dar un impulso al crecimiento equivalente a un billón de dólares y se podrían crear 21 millones de nuevos puestos de trabajo, la mayoría en los países en desarrollo.

«Hoy celebramos una nueva OMC, no sólo porque hemos logrado un acuerdo, sino por la forma en que lo hemos alcanzado», comentó el representante de Comercio estadounidense, Michael Froman. «Durante todo el proceso se ha visto que somos realmente una organización multilateral» en la que Estados Unidos colaboró con los países más pobres, indicó.

Roberto Azevêdo fue nombrado al frente de la OMC en septiembre y entonces prometió hacer todo lo posible por una refundación de la organización creada en 1995. Ahora los países miembro tienen que poner en práctica lo acordado en Bali y elaborar un programa de trabajo concreto para continuar con la agenda de Doha en los próximos años. En la capital de Qatar la OMC acordó en 2001 iniciar negociaciones para la liberalización del comercio global.

El punto de partida fue el acuerdo de Marrakesh de abril de 1994, con el que se cerró la Ronda Uruguay y se acordó asimismo la creación de la OMC.

 

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Publicado originalmente en La Tercera (Chile), el 07/12/2013.