Venezuela: El régimen chavista ya cobra su primer «mártir de conciencia», Franklin Brito

 

Latinoamérica Libre

2 de septiembre de 2010

 

Después de una prolongada lucha y sucesivas huelgas de hambre, el día lunes pasado falleció el productor agrícola Franklin Brito de 49 años de edad, producto de «shock séptico» en medio de un régimen de prisión al que fue sometido en el Hospital Militar de Caracas. La muerte del «primer mártir de conciencia» provocó una oleada de críticas frente a la respuesta del gobierno de Chávez, que denunció a la familia del difunto «por incitación al suicidio», lo que conlleva penas de hasta diez años de prisión.

Brito se encontraba en su octava huelga de hambre, la cual formaba parte de las protestas iniciadas para recuperar la plena propiedad de sus tierras ubicadas en el estado sureño de Bolívar,  las cuales habían sido invadidas y arrebatadas por grupos chavistas.

Ante el deceso, la hija del productor, Ángela Brito, responsabilizó «directamente» de la muerte de su padre al presidente Hugo Chávez.  Según afirma, su padre era «torturado» en el hospital militar y su salud empeoró ya que las autoridades no atendieron las medidas cautelares dictadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Por su parte, la dirigente opositora Delsa Solórzano a nombre  del Movimiento Unidad Democrática (MUD), condenó  la muerte de Brito, el cual  «eligió la vía de la huelga de hambre para tratar de hacer valer sus derechos, y en lugar de ser escuchado (…) fue reprimido y sometido a la jurisdicción de un tribunal penal, como si estuviera cometiendo un delito»[i].

A su vez, en un comunicado de prensa, el partido Primero Justicia también se pronuncio respecto al fallecimiento, afirmando que la decisión de emprender varias huelgas de hambre por su parte, se debe a «la falta de diálogo y entendimiento en la sociedad», las que llevan a este tipo de acciones «drásticas» en pro de la defensa de un derecho consagrado en la Constitución: la propiedad privada.

En esta misma se pronunció el disidente cubano, Guillermo Fariñas,  quien  afirmó que «Hugo Chávez es capaz de ir a matar con tal de quedarse en el poder (…) la muerte de Brito es un mensaje a la oposición venezolana y al mundo en general de que están dispuestos a todo, a menos de un mes de las elecciones»[ii].
En tanto, la coalición de organizaciones humanitarias Foro por la Vida, que agrupa a casi una veintena de organizaciones defensoras de los derechos humanos, acusó a la Fiscalía y la Defensoría de «no garantizar una investigación imparcial» y de «ser cómplice de actos violatorios de la dignidad»Â [iii]del productor.

 

 

 

 

Los hechos

Franklin Brito era un productor agropecuario que, en 2004, sufrió la invasión y expropiación de sus tierras ubicadas en el municipio Sucre del estado Bolívar, debido a que, según el gobierno, se encontraban sin producir.

De esta manera comienza su lucha, primero para protestar por la expropiación y luego porque decía que la medida, pese a que el gobierno «dijo»Â Â que quedaba anulada, no contaba con la entrega de los títulos legales de propiedad. El año pasado Brito se cansó de las citaciones a tribunales y de acuerdos con entidades como el Instituto Nacional de Tierras, pues no tenían efecto real en el derecho que le asistía de recuperar sus tierras.

Esta lucha supuso ocho huelgas de hambre y de sed -entre las que además se cosió la boca y se amputó el meñique de la mano derecha-, las cuales eran suspendidas con la llegada de alguna promesa oficial de resolver su problema. Sin embargo, al cabo de unos días, estas se desvanecían y quedaban en la nada.  Entre estas protestas, se encuentra la que llevó a cabo frente a la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), la cual duró cinco meses.

A principios de diciembre de 2009, mientras realizaba una huelga de hambre, una comisión compuesta por representantes de la Fiscalía, Policía, Fuerzas Militares y bomberos lo trasladaron a la fuerza al Hospital Militar, poniendo fin a su medida .Su esposa Elena Rodríguez de Brito, entonces,  lo reemplazó en la medida de presión.

En esta oportunidad, Brito emitió un mensaje donde dijo que «Si mi muerte contribuye a demostrar que el Presidente Chávez es un asesino y un corrupto, estoy dispuesto a morir»[iv].

En esta estadía en el Hospital, el productor agrícola se negó a recibir alimentos o líquido alguno, ya que temía ser «envenenado» mediante su suministración. Por esta razón, varias fueron las encarecidas súplicas suyas y las de su familia porque personal de la Cruz Roja o médicos de su confianza fueran en su cuidado. Sin embargo, el gobierno  no sólo dio órdenes de no permitir las visitas ni de  la Cruz Roja, ni de los representantes de la Iglesia, sino que no permitió el acceso del representante de la OEA en Venezuela, Salvador Rodezno al hospital[v].

Como si fuera poco, días después de haber sido sometido a ocho evaluaciones psicológicas que  aseguran que sus condiciones mentales eran  normales, los informes  presentados por el gobierno lo muestran como «afectado por trastorno de ideas delirantes».
Incluso el propio director del Hospital Militar informó al tribunal encargado que Brito médicamente estaba dado «de alta». No obstante, se lo mantuvo » preso» dentro del hospital en contra de su voluntad, donde era resguardado día y noche por los militares que controlaban sus visitas, como si estuviera imputado por algún delito o tuviera alguna demanda pendiente.
Pero su muerte es un hecho, ahora ¿qué dirá Chávez cuando organizaciones públicas y privadas, nacionales e internacionales pregunten por el fallecimiento del ciudadano Brito?, ¿a quién buscará culpar esta vez, al capitalismo, a la oposición, a Estados Unidos o a Santos?, ¿qué excusa usará esta vez para justificar su mutismo, inoperancia e injusticia que acabó con el deceso de este «mártir» de conciencia? Por el momento, bien parece haber encontrado al «posible culpable»: su propia familia, la cual aún llora sobre su tumba, ¿no le parecerá mucho?

Después de todo, parece ser que el error cometido por Brito fue haber reclamado por un derecho que está consagrado en la Constitución Venezolana, dando por la causa, su vida y dejando a su esposa y 4 hijos como símbolos vivientes y continuadores de su lucha.

De esta manera, Franklin Brito, se ha transformado en un icono de la resistencia, debido a la firmeza con la que ha mantenido su huelga de hambre, para reclamar respeto por sus derechos fundamentales, en una Venezuela chavista en la cual                «alrededor de 2.500 personas están actualmente sujetas a procesos penales por participar en la disidencia pacífica»[vi].

 

 


[i] «Muerte de huelguista genera cruce entre Gobierno y oposición», El Deber ( Bolivia), 01 de septiembre de 2010.

[ii] «Muere agropecuario en huelga contra Chávez», El Día (Bolivia), 1 de septiembre de 2010.

[iii] Ibídem,  «Muerte de huelguista genera cruce entre Gobierno y oposición»,

[v] «Seis años de reclamos que nunca fueron satisfechos», EL Universal (Venezuela), 01 de septiembre, 2010.

[vi] «Life, liberty and property «, The Economist, 31 de agosto de 2010.