Latinoamérica: El liderazgo de la izquierda en la región se instala entre las dudas que deja la partida de Chávez

Por RIPE

 

La muerte del presidente venezolano Hugo Chávez deja un panorama de cierta incertidumbre en la región, no sólo por la ayuda que brindaba a los países del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América), sino por quién pasará a ocupar el liderazgo en América Latina. Aunque analistas han señalado a Rafael Correa como el sucesor del mandatario en el ‘Socialismo del Siglo XXI’, otros creen que no tiene lo necesario y ven a la jefe de Estado brasileña, Dilma Rousseff, en dicho rol.

El diario español ABC había indicado que el presidente de Ecuador sería la cabeza del movimiento bolivariano en la región tras el deceso de Chávez, basándose en el crecimiento económico de este país y en un estudio de la consultora Mitofsky sobre la popularidad de los mandatarios, en donde Correa obtuvo 80% de favoritismo popular, Cristina Fernández 43%, Evo Morales 41% y Daniel Ortega 59%.

Sin embargo, expertos ven lejano este panorama debido a que Ecuador no tiene el respaldo petrolero que posee Venezuela, base del liderazgo de este país en la región. Además, no cuenta con la estrecha relación del chavismo con el régimen instaurado en Cuba por los hermanos Castro, dos factores que permitieron al presidente de Venezuela extender su influencia por América Latina y el Caribe.

Fernando Ochoa Antich, ex canciller y ex ministro de Defensa de Venezuela, dijo a El Colombiano que “Correa tiene una buena formación de economista y no siente el rechazo profundo de Chávez por el neoliberalismo, pero carece de la fuerza y el carisma del venezolano”.

El propio Correa desestimó asumir el rol de cabeza de la izquierda en el continente. En una entrevista radial resaltó que “a mí no me interesa liderar absolutamente nada, lo que me interesa es servir, y ya tengo bastante trabajo con todo lo que tenemos que hacer en Ecuador”.

Ante este panorama, la persona que cumple con los requisitos para asumir el liderato de la izquierda en la región es la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ya que su país tiene la economía más grande de América Latina, un importante peso geopolítico y la mandataria ha mantenido una gran favoritismo gracias a sus políticas de mercado y su fuerte estrategia social.

Inclusive Rousseff en los últimos años ha ido tomando cada vez más fuerza en la región y desde que se anunció el grave estado de Chávez la presidenta se ha preocupado por la situación de Venezuela y, sobre todo, por la posibilidad de que se rompa el orden institucional y se desestabilice el subcontinente.

El bloque del ALBA (Bolivia, Ecuador, Dominica, San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbuda y Venezuela) se verá debilitado tras la muerte de Hugo Chávez, pero los países que más sufrirán serán Cuba y Nicaragua por la dependencia del petróleo venezolano.

Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica en Venezuela, señaló a La República que el liderazgo internacional era principalmente de Chávez y aunque Maduro ganó, cuando fue canciller, cierta proyección internacional, no es suficiente. “No creo que las alianzas estratégicas que se han establecido con los llamados países aliados vayan a desaparecer, pero la profundización de éstas quedarán en stand by”, señaló.

 

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Publicado originalmente en Diario Financiero, el 07 de marzo de 2013