Latinoamérica: Desigualdad o Pobreza

En innumerables de oportunidades hemos escuchado decir que la desigualdad material es un problema, una injusticia, culpando a la misma de todos los males. Ahora bien, es realmente así?

En primer lugar hay que decir que el origen de la desigualdad es la naturaleza humana, siendo los seres humanos únicos, con talentos diferentes, inevitablemente trae como resultado desigualdad. Con lo cual decir que la desigualdad es un problema, es lo mismo que afirmar que la propia naturaleza humana es el problema

Sin perjuicio de ello, como sabemos, la desigualdad material se ha convertido en una excusa reiterada para lograr restringir nuestra libertad y con ello el progreso público, derivando  en nombre de la igualdad económica en mayor arbitrariedad y pobreza.

Ahora bien, dicho esto, cabe preguntarse por que se sostiene con tanto énfasis la mencionada tesis: La respuesta es que se parte de la falacia de que la economía es un juego de suma cero. Se afirma que una persona se hace rica a expensas de otra que cae en la pobreza, considerando por ende a la riqueza como estática.

Aun cuando la historia a demostrado que el hombre puede hacer crecer la riqueza (es evidente que la calidad de vida de hoy es superior a la de hace 400 años), a través del trabajo, el emprendimiento y la innovación, algunos siguen pensando que quien se quedó con un pedazo más grande de la torta, lo hizo a costa de otro.  Pues no, la economía es dinámica, en aquellas economías abiertas y competitivas la riqueza aumenta, sacando a las personas de la pobreza.

 

Desde ya, que es totalmente diferente aquello que tan acostumbrado nos tiene nuestro país, es decir, empresarios acomodados con el poder de turno, que obtienen beneficios del Estado, a costa del contribuyente. Lo cual se contrapone con aquel que satisfaciendo una necesidad de la población se enriqueció, generando desigualdad, pero lo mas importante mayor riqueza y con ello un consecuente beneficio para la sociedad.

Cuando la desigualdad material es el resultado de la libre elección de aquellas personas que decidieron premiar a aquel que satisface alguna necesidad, no podemos considerarla como un problema, y menos aun llamarla injusta.

El problema es la pobreza, debemos preocuparnos porque todos estén mejor, no que todos estén iguales. Y justamente son los pobres los que más necesitan de mercados libres y competitivos, pues carecen de las conexiones políticas para entrar en aquel sistema dominado por los amigos del poder.

Lo que necesitamos es multiplicar las oportunidades, fomentando la inversión, la competencia, para que se generen mayor cantidad de empleos y aumenten los salarios en términos reales. Todo ello acompañado de una educación de excelencia, respetando la propiedad y el Estado de derecho. Necesitamos un cambio de mentalidad, para dejar de ver al rico como un enemigo y para que la gente pueda reconocer la dignidad y la capacidad creativa de quienes momentáneamente se encuentran en la pobreza, pues las personas no son el problema, por el contrario son la solución. Toda persona es una mente que crea y produce, generando riqueza y con ello progreso en la sociedad.

Desde ya no niego que la ayuda material sea necesaria en forma momentánea y en situaciones de emergencia, pero aquella que hace dependiente a la persona no es la solución, la verdadera ayuda es aquella que hace a la persona autosuficiente y no es otra cosa que la educación y el trabajo.


* Jorge Sturzenegger es integrante del Grupo Joven de Libertad y Progreso