Guatemala: Crecen la economía y el crimen

Por Juan Manuel Díaz C

 

A pesar del crecimiento económico registrado durante los últimos años en casi todos los países de Centroamérica, la delincuencia y la violencia también han mostrado un aumento constante en esas naciones, lo que obligó a uno de cada cuatro de sus residentes a mudarse en busca de más seguridad.

Hernando Gómez Buendía, a cargo de la elaboración del Informe de desarrollo humano 2011-2012 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, por sus siglas en inglés), confirmó que, efectivamente, los países centroamericanos experimentaron un crecimiento económico anual promedio de 5%, mientras que redujeron en casi 4% las cifras de pobreza, con lo que puede considerarse que tuvieron una buena década.

Sin embargo, advirtió de que Centroamérica es la región del mundo donde se ha registrado el más significativo incremento de la violencia en forma sostenida.

Precisó, en ese sentido, que durante la última década el índice homicidios aumentó 11% promedio en América Latina, pero en algunos países centroamericanos, como Honduras y Guatemala, las tasas de asesinatos duplican y hasta cuadruplican los 20 casos por cada 100 mil habitantes, cifra por demás dramática cuando la media mundial es de 8 homicidios por cada 100 mil habitantes.

 

LO QUE MÁS AFECTA

Según Gómez, en los países donde se ha puesto en funcionamiento programas de “mano dura” para enfrentar la delincuencia, no se ha frenado la impunidad y, por el contrario, se ha atiborrado de trabajo a la policía y los jueces, y saturado las cárceles.

Reveló que informes del organismo han identificado cinco nichos de violencia que afectan a la gente.

El primero es el delito callejero, que incide directamente en 1 de cada 4 personas en Latinoamérica.

El segundo tiene que ver con la violencia de género, que lesiona gravemente a 15 de cada 100 mujeres.

El tercer nicho es el de la delincuencia juvenil, representada en las pandillas, las cuales están integradas en su mayoría por jóvenes de entre 19 y 25 años, que cometen la mayoría de los actos delictivos.

El crimen organizado asociado con el narcotráfico ocupa el cuarto nicho de violencia, convertido hoy por hoy en un factor de desestabilización política.

Finalmente, el último de los nichos se relaciona con el delito político que, según Gómez, se refleja en varios países de la región a través de acciones directas contra los ciudadanos debido a su afiliación política.

 

OTRA CAUSA

En tanto, el jefe de la oficina regional de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, Ricardo Mena, explicó que los desastres naturales son otro de los factores que inciden en la seguridad de la gente, especialmente de la más pobre.

Según Mena, las regiones afectadas una y otra vez por estos hechos son propensas al surgimiento del delito.

Informó que en los últimos 30 años, la región centroamericana ha sufrido pérdidas por desastres naturales de unos $312 mil millones y que esto ha tenido un impacto directo en el aumento de la inseguridad.

SEGURIDAD, UN FRACASO

Para el exdirector de la desaparecida Policía Técnica Judicial (PTJ) Jaime Abad, la política de seguridad desarrollada por la administración del presidente panameño, Ricardo Martinelli, ha fracasado, porque se mantiene la inseguridad en las calles.

Abad aseguró que prueba de ello es que el Ministerio de Seguridad Pública manipula las cifras reales de la criminalidad y les impide a los medios de comunicación tener acceso a los números.

Abad dijo que durante las administraciones de los presidentes Mireya Moscoso y Martín Torrijos se estableció una concertación nacional para la aplicación de una estrategia de seguridad nacional, la cual se ha dejado a un lado.

Sostuvo que en Panamá se comete un promedio de 18 homicidios por cada 100 mil habitantes, y que esta es una cifra alarmante.

En algunos sectores de San Miguelito y Colón la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes está por encima de los 25 casos, lo que alcanza valores similares a México y Brasil.

 

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jdiaz@prensa.com

Publicado originalmente en La Prensa (Panamá), el 12 de febrero de 2013