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Animados por la altÃsima popularidad de Uribe, integrantes del Partido de la U han promovido la segunda reelección del Presidente. En mayo de 2009 el Senado aprobó en último debate un proyecto de referendo constitucional y tras la aprobación en la Cámara Alta, la iniciativa ahora deberá pasar a acuerdo de las cámaras del Congreso y posteriormente a estudio de la Corte Constitucional, que dará el último veredicto sobre el proyecto.
Si éste se acepta, se debe convocar a un referéndum para decidir si los electores autorizan un cambio en la Constitución, que permitirÃa reelegir por segunda vez al presidente y estarÃa previsto para mayo del 2010. Con el argumento que la reelección es legÃtima y democrática, porque responde a la voluntad popular.
Desde el ascenso a la Presidencia de Ãlvaro Uribe el 2002, cultivó y extendió su apoyo que lo hicieron depositario de una legitimidad considerable y de amplios márgenes de gobernabilidad. De allà que durante su mandato ha disfrutado de altos niveles de aprobación -por encima de 60 o 70%-, muy superiores a los de los gobernantes anteriores y poco común en este paÃs.
Esta no es la primera vez que se hacen cambios en la Constitución, sino que la enmienda de octubre de 2005, por primera vez desde fines de siglo XIX un presidente en ejercicio pudo presentarse para su reelección. De allà que las elecciones de marzo y mayo de 2006 alteraron profundamente el panorama polÃtico. Uribe fue reelecto con un 62% y las fuerzas pro-uribistas se expandieron y consolidaron una mayorÃa en el Congreso, mientras que el mayor partido opositor Polo Democrático Alternativo mantuvo su representación parlamentaria.
De esta forma, el segundo mandato de Uribe fue decisivo para consolidar la polÃtica de seguridad democrática que permitió propiciarle los peores golpes a la FARC en sus 44 años de existencia. Si bien la continuidad de polÃtica es sin duda importante para llevar a Colombia a poner fin al conflicto armado, no puede ser el objetivo per se para perpetuarse en el poder.
Tras la reelección consecutiva y sin limitaciones está la idea de permanecer en un puesto público, permite eternizarse en el mismo excluyendo la alternancia y evitando el acceso de otros al gobierno. De allà que el referendo pone en peligro la democracia del paÃs, la cual implica la alternancia entre gobiernos electos popularmente.
Por otra parte, el mayor problema está en manipular las reglas del juego -las instituciones- en beneficio de quien ostenta el poder, lo que puede acarrear consecuencias nefastas en el sistema polÃtico. Se podrÃa imponer la práctica de que el gobernante puede cambiar las reglas constitucionales para favorecer sus intereses.
Uribe, por ahora, no ha sido claro sobre si busca un tercer mandato consecutivo y se ha limitado a indicar que no quiere perpetuarse en el poder, pero que sà desea que se mantengan polÃticas suyas como la de seguridad, de atracción a los inversionistas y de inversión social.
En principio Uribe tendrÃa tiempo hasta el 30 de noviembre de este año (las elecciones son en mayo) para decidir si se presenta o no, en el supuesto caso de que todo termine permitiendo una nueva comparecencia suya ante las urnas.