Chile: Caída en Índice de Competitividad: Urgente necesidad de apurar implementación de Agenda de Impulso Competitivo

El Foro Económico Mundial dio a conocer el Informe de Competitividad Global 2012-2013.

El análisis competitivo se basa en el índice de Competitividad Global (ICG), índice que considera las competencias micro y macroeconómicas que caracterizan a cada país, entendiendo éstas como el conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de un país, que finalmente son las herramientas que permiten que un país crezca y sea próspero.

Las puntuaciones del ICG se calculan reuniendo datos provenientes de una encuesta de opinión ejecutiva conducida por el Foro y sus instituciones asociadas, entre ellas, la Universidad Adolfo Ibañez, y datos de fuentes internacionales, agrupados en 12 categorías, los pilares de competitividad, que de manera conjunta, ofrecen un panorama integral de la competitividad de los 144 países participantes.

El ranking fue liderado por cuarto año consecutivo por Suiza, seguido de Singapur y Finlandia, persistiendo, de manera más amplia, la brecha de competitividad entre los países europeos, a pesar del débil crecimiento a nivel global particularmente de las economías desarrolladas y de las principales emergentes. La inestabilidad externa confirma la idea de que la economía global está en problemas y que su recuperación es lenta. Como en años anteriores, nuevamente el crecimiento está desigualmente distribuido; países emergentes y subdesarrollados crecen más rápido que las economías desarrolladas.

Natalie Kramm, investigadora del Programa Económico, destaca que en América Latina y a pesar de que continúa liderando, Chile cayó dos lugares en comparación al año anterior, ocupando esta vez la posición número 33 (con una puntuación de 4,65 de un máximo de 7), el lugar más bajo desde que los datos son comparables.

Nuestro país sobresale en diversos factores, superando incluso a muchos países de la OECD, destacándose la solidez del marco macroeconómico (14°), los bajos niveles de deuda pública (10°), el superávit fiscal (21°), las instituciones públicas eficientes y transparentes (28°), la infraestructura de transporte bien desarrollada (40°), buen desarrollo del sistema financiero (28°), políticas de libre mercado y apertura económica, que en conjunto permiten alcanzar la eficiencia en la asignación de los recursos.

Considerable es el avance que tiene el país en el ítem días para crear una empresa, ya que logró disminuir los días de 22 a 7, permitiéndole escalar desde la posición 84 de la 24.

Los aspectos negativos que nos hicieron bajar en el ranking fueron la menor puntuación en la fortaleza de las auditorías, la eficacia de los consejos corporativos y la protección a los intereses de accionistas minoritarios, aspectos puntuales que nos desfavorecieron por lo ocurrido con La Polar el año 2011.

A pesar de ocupar una peor posición en el ranking y de haber caído en la mayoría de los pilares que componen el índice, se mantiene como la economía más competitiva de América Latina. Pero no se debe olvidar que la caída es relativa, ya que cada año se incorporan un mayor número de países al ranking, alcanzando este año un número histórico de 144 países.

El próximo año lo más seguro es que obtengamos una mejor puntuación, ya que se verán los positivos efectos de la Agenda de Impulso Competitivo sobre nuestra economía, agenda que aún no tiene claras consecuencias debido a que todavía no son implementadas ni siquiera las primeras 50 medidas anunciadas. El resultado será aún mejor si los desafíos que plantea el Foro los consideramos: “mejorar la calidad del sistema educativo, aumentar el uso de tecnologías de información, fortalecer los sistemas de investigación e innovación y flexibilizar regulaciones laborales”.



Publicado originalmente en Libertad y Desarrollo, el 5 de septiembre de 2012.