Económico: Venezuela: Alta Inflación, Intenso Deterioro Económico y Protestas contra el Gobierno

Economía al Instante N° Nº 760, de Libertad y Desarrollo

 

Los últimos años de la economía venezolana no han sido positivos. Han estado marcados por políticas heterodoxas, intervencionistas, populistas, anti mercado y gran inestabilidad macroeconómica. El panorama es cada vez más complejo, lo que se suma a las constantes protestas en contra del gobierno de Nicolás Maduro, desde que ganó las elecciones presidenciales el 14 de abril de 2013.

A comienzos del siglo XX Venezuela era una economía pobre, que dependía fundamentalmente de las exportaciones agropecuarias. Esto comenzó a modificarse en los años 20 del siglo pasado, cuando la industria petrolera empieza a desplazar a la agricultura y la ganadería, generando un rápido crecimiento de la economía y abriendo oportunidades económicas y sociales desaprovechadas.

El desarrollo de la industria petrolera permitió que Venezuela se convirtiese en el país latinoamericano con mayor renta per cápita a comienzos de la década de los 90. Pero en 1996 la economía decreció y desde ese momento han existido periodos de alto crecimiento y decrecimiento y una -cada vez mayor- inestabilidad macroeconómica causada, en gran parte, por políticas estatistas y populistas.

Ante este complejo escenario, la economía venezolana tiene enormes desafíos. En primer lugar, resolver la gran crisis política actual y luego, establecer políticas económicas que favorezcan la competitividad del país, así como combatir la alta inflación y reducir la deuda pública, que ha crecido de forma sostenida en los últimos años. Con políticas públicas de racionalidad económica, Venezuela sería capaz de aprovechar en mejor forma las grandes reservas de petróleo que posee.

 

Evolución Económica

Con respecto a la evolución del PIB per cápita, éste cayó en 2002 y 2003, periodo en el cual Venezuela experimentó una severa crisis económica. Pese a que en esta fase los precios del petróleo fueron altos, el resto de las industrias experimentaron una recesión acompañada de una fuga de capitales extranjeros.

Durante este periodo también hubo una gran inestabilidad política luego de que Fedecámaras (principal agrupación de gremios empresariales en Venezuela) manifestara sus reparos, ante la falta de participación en la nueva Constitución impulsada por el gobierno de Hugo Chávez en 1999. A continuación, prosiguió el descontento de Fedecámaras con las políticas económicas estatistas de Chávez, además de que el Presidente adquiría cada vez mayores atribuciones y concentraba poder político.

Todo esto desembocó en que el 12 de abril de 2002, cuando se produjo el fallido golpe de Estado liderado por Fedecámaras, éste finalmente fracasara ante la presión de los simpatizantes de Chávez y la comunidad internacional.

A partir de 2004 el país experimentó un periodo de bonanza, creciendo 18,3% ese año (luego de decrecer en 8,9% y 7,6% en 2002 y 2003, respectivamente). El alto crecimiento se mantuvo hasta 2009 cuando Venezuela es golpeada por la gran crisis económica internacional. En estos años, además, hubo una aparente estabilidad política y el crecimiento económico no se debió exclusivamente a la industria petrolera, sino que hubo una expansión significativa del consumo y la inversión.

La crisis económica internacional afectó significativamente la economía venezolana con una caída de los precios del petróleo. Sin embargo, este fue el único país petrolero que tuvo una recesión en 2010 con una caída del producto de 1,5%.

En 2011 la economía volvió a crecer a niveles positivos, con un aumento del producto de 4,2%. Sin embargo, no ha estado exenta de dificultades con una creciente inflación y políticas gubernamentales populistas, que tienen efectos de corto plazo. En 2014 se prevé que la economía venezolana experimente una caída de 1% del producto, según estimaciones recientes.

Respecto a la inflación, este ha sido uno de los principales problemas en los últimos años. Con una economía regulada y una política fiscal expansiva -además de un Banco Central dependiente del poder político- el alza de precios ha sido incontrolable para el gobierno, que ha intentado combatirla con controles de precios y aumentos del salario mínimo, aunque no ha tenido resultados positivos.

Las cifras gubernamentales de inflación han dejado de ser creíbles y para el presente año JP Morgan estima que la inflación será de 75% (una estimación algo conservadora, ya que economistas y centros de estudios independientes de Venezuela estiman que al 19 de mayo de 2014 la inflación acumulada en el año es de 61,5%).

La deuda pública también ha crecido de forma sostenida en los últimos años. Luego de llegar a un 23,3% del PIB en 2008, tras varios años de bonanza económica en los cuales el gobierno recibió cuantiosos recursos de parte de la industria petrolera, ésta ha crecido de forma sostenida. Se estima que alcanzará un 51,6% del PIB en 2014, y el FMI estima que para 2019 alcanzará un 61,9% del PIB.

Por otra parte, el gobierno ha tenido un balance fiscal negativo en los últimos años. Si bien esto viene ocurriendo desde 2005, en los últimos años se ha acrecentado, luego de que la economía comenzara a desacelerarse, llegando a -21,2% del PIB en 2012 y 14,2% en 2013. Este persistente déficit fiscal es muy propio de las economías subdesarrolladas, aunque Venezuela no ha hecho esfuerzos por resolver este problema y, al contrario, lo ha mantenido en dos dígitos.

 

Situación Política

La situación política de Venezuela se ha agravado considerablemente en los meses recientes. Si bien los últimos años han sido complejos desde el punto de vista político, el gobierno de Nicolás Maduro no ha logrado producir cohesión y mística en los grupos afectos a Hugo Chávez.

Las dificultades actuales se originan luego del fallecimiento de Chávez en marzo de 2013. En su reemplazo asume en el gobierno Nicolás Maduro, un ex dirigente sindical de izquierda, que ha tenido formación en Cuba y diversos cargos políticos civiles, siendo un fiel colaborador del militar Hugo Chávez, durante todo el periodo que gobernó este último.

Maduro accedió al gobierno de forma provisoria, a la espera de las elecciones del 14 de abril, donde se enfrentó a Henrique Capriles, un joven político de oposición del partido Primero Justicia (de centro) que al momento de la elección era gobernador del estado de Miranda. En las elecciones Maduro resultó aparentemente ganador, por un estrecho margen, al obtener el 50,61% de los votos frente al 49,12% que obtiene Capriles.

Tras conocerse los resultados, Capriles los desconoce y exige un reconteo de los votos. Él fue apoyado por algunos observadores internacionales, así como por la OEA, y luego el Tribunal Supremo de Justicia sentenció en agosto de 2013 inadmisibles todas las impugnaciones de Capriles.

En septiembre de 2013, la oposición venezolana impugnó las elecciones ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, sin conocerse aún los resultados de esa impugnación.

Por otra parte, la oposición ha protestado activamente contra el gobierno de Nicolás Maduro. Si bien la primera protesta contra el gobierno fue convocada por Capriles el 15 de abril de 2013 para exigir el reconteo de votos, la situación se ha agudizado en 2014.

En las elecciones municipales de diciembre de 2013, por su parte, la oposición siguió ganando terreno, al pasar de 56 a 76 alcaldías con un 39,34% de los sufragios, aunque aún lejos del oficialismo que se quedó con 240 alcaldías y el 48,69% de los votos.

Posteriormente, el 4 de febrero de 2014 en Táchira, se da reinicio a una serie de protestas contra el gobierno, ante la falta de seguridad, la escasez de productos básicos y la alta inflación. En estas protestas se ha convocado a gran cantidad de personas y se han producido diversos hechos de violencia; al 10 de abril de este año las protestas han dejado un saldo de 42 fallecidos, 486 heridos y 1.854 detenidos.

Estas protestas continúan en la actualidad, con la gran incertidumbre respecto al futuro político de Venezuela. Aunque el gobierno tiene a gran parte de las fuerzas armadas de su lado (lo que impediría acceder al poder por la fuerza) la presión de los manifestantes sigue aumentando para que Nicolás Maduro renuncie.

 

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