Venezuela: Venezuela: Un camino de esperanza

Por:

Sadio Garavini di Turno

En:

País:

Columnas

Fecha:

7 de octubre de 2012

La fortaleza del gobierno se puede sintetizar en la ecuación: carisma + chequera petrolera + división de la alternativa democrática. La MUD ha logrado eliminar el tercer factor de la ecuación. El carisma del caudillo sigue estando presente en parte del electorado. Sin embargo después de casi 14 años, la imagen se debilita, la enfermedad y el tiempo empiezan a tener sus efectos. El petróleo a precios altos sigue siendo una fortaleza del régimen. Sin embargo, está compensado por el descomunal nivel de ineficiencia, incapacidad (Amuay), despilfarro y corrupción que convierten en insuficiente la abundancia de recursos, en disminución también por la reducción de la producción petrolera.

Este gobierno ha disfrutado de los más altos ingresos petroleros sostenidos de la historia de Venezuela, veamos cuáles han sido sus resultados.

Moises Naim, en una reciente entrevista, recoge sintéticamente los siguientes datos económicos y sociales comparativos entre 1998 y el 2011:
Porcentaje de la exportación de petróleo sobre el total de las exportaciones:
del 77% en 1998 pasó a 96% en el 2011
La deuda pública subió de 34 a 150 US$ millardos.
La deuda de PDVSA de 2 aumentó a 60+ US$ millardos.
Industrias, de 14.000 sobreviven: 9.000.
El empleo industrial de 840.000 bajó a 540.000
Las importaciones pasaron de 17 aumentaron a 50+ US$ millardos
Expropiaciones de 0 pasaron a 100+
Producción petrolera, B/D de 3.2000.000 bajó a 2.600.000
Nómina de PDVSA de 32.000 subió a 105.000
Poder adquisitivo del salario regresó al nivel de 1966.
Número de ministerios de 16 pasaron a 28
Población alfabetizada se quedó estancada en 93%
Gasto público subió de 21 a 115 US$ millardos
Asesinatos en el año aumentaron de 3200 a 17.900.

Carlos A. Montaner, en un artículo, hace también su propio análisis de los resultados del régimen chavista. En síntesis: durante el gobierno de Chávez 150.000 personas han sido asesinadas. A este respecto es conveniente mencionar que la criminalidad venezolana se debe en su mayor parte a la impunidad y la destrucción de las instituciones encargadas de mantener la ley y el orden. El país padece la mayor inflación de América Latina y una de las más altas del mundo. Cada año que pasa los venezolanos son 15% más pobres. Durante el régimen chavista han emigrado más de un millón de venezolanos, buena parte de los cuales eran graduados universitarios. Desde 1999 hasta ahora Venezuela exportó petróleo por un valor de 652.560 millones de dólares y el 25% de esos ingresos Chávez los regaló a sus aliados políticos en el exterior. El gobierno cubano recibió anualmente 6.000 millones de dólares, lo que le ha permitido sobrevivir. Según Trasparencia Internacional, Venezuela es el país más corrupto de América Latina y uno de los más corruptos del mundo.

Efectivamente, la falta de colaboración con la DEA y la corrupción en la Fuerza Armada, las policías y el Poder Judicial, han creado las condiciones para que Venezuela se haya convertido en un perfecto santuario para narcotraficantes y el centro de distribución de estupefacientes más conveniente hacia Europa y EEUU. Los sonados casos de Aponte, Velazquez Alvaray, Antonini, Makled, los narcogenerales, la narcoavioneta de la Carlota, Pudreval son sólo algunas de las evidencias de la podredumbre moral que afecta al régimen.

En estas breves notas es imposible hacer un análisis exhaustivo de de los peligros que acechan a Venezuela si este gobierno permaneciera en el poder. Se trata de un régimen caudillista, militarista, centralista, continuista, autoritario con vocación totalitaria, que tiene a la Cuba comunista como modelo, por tanto contrario al mandato constitucional que exige que el gobierno sea democrático, descentralizado, alternativo y pluralista.

En cambio el modelo de Capriles es la economía social de mercado, como se ha implantado en Brasil desde la presidencia de F H Cardozo y en el Chile de la Concertación. Lo poco de bueno de este gobierno, como las Misiones, continuará, pero sin discriminación política, ni despilfarro y corrupción. Las palabras claves serán producción, empleo, solidaridad y colaboración con el sector emprendedor. La política exterior será sin megalomanía delirante, sin ceguera ideológica y sin sumisión a Cuba. Su propósito será la defensa de los intereses permanentes de Venezuela, incluyendo la reactivación de la abandonada negociación por el Esequibo. ¡Hay un camino!