Comenzar por asumir y comprender que el régimen de Nicolás Maduro está derrotado o muy cerca de la derrota es el primer paso hacia una Venezuela libre. En este sentido, decretarlo como ilegítimo es uno de los pasos previos que deben dar los venezolanos, fundamentalmente desde la Asamblea Nacional, tal como lo describe de un perfecto modo Juan Carlos Sosa Azpurua en su “Propuesta para la Solución“, entre otros puntos cruciales para que el pueblo pueda ver la luz.

Visualicemos el siguiente escenario: luego del gobierno de transición, hecha la limpieza en la cúpula del poder y Nicolás Maduro completamente fuera de la arena política, ¿ahora qué?

Varios tanques de pensamiento, individuos y partidos políticos han presentado diversas propuestas. No obstante, entre las más acertadas y sensatas se encuentran las del tanque de pensamiento Cedice Libertad y el partido político Vente Venezuela.

Desde Vente Venezuela se ha elaborado, ya hace un tiempo, un programa estratégico de recuperación y arranque de Venezuela, enfocado en seis áreas: finanzas públicas, alimentos y medicamentos, política monetaria, PDVSA, producción e inversión y, finalmente, justicia y seguridad.

Desde el partido político opositor está bien claro que su programa no puede ser una receta para Nicolás Maduro, ya que solo puede ser un programa implementado por un gobierno democrático y libre, porque las bases del régimen chavista son autoritarias, dictatoriales y degradantes (aquí más información y el programa estratégico completo).

En términos económicos, una de las propuestas a la debacle económica es la dolarización, tal como ha sucedido en Ecuador. Sin embargo, si queremos que Venezuela se salve de las garras populistas que podrían volver a sacudir el futuro del país, es necesario que esta medida esté acompañada de factores fundamentales, tales como el establecimiento de un Estado de Derecho y la confianza de la mano de la transparencia, y políticas públicas sanas, que pongan al Estado fuera de todos los asuntos en los que ha estado interviniendo sin necesidad en estas últimas décadas.

En términos de dolarización, desde el Cedice, los economistas Oscar Torrealba, Antonio Paiva y Asdrúbal Oliveros lo dejaron claro en ¿Es posible la dolarización en Venezuela?

Según Torrealba, “la dolarización es un beneficio en tanto elimina el riesgo de devaluación a eliminarse elimina el riesgo cambiario, se reducen las tasas de interés. Asimismo, incentiva la inversión extranjera y profundiza los mercados financieros, mejora la credibilidad al mantenerse una política estable en materia fiscal y monetaria, reduce los costos transaccionales derivados del antiguo intercambio entre monedas y minimiza los niveles inflacionarios”.

Mientras tanto, Oscar García Mendoza, también desde el Cedice, presentó “5 ideas para la reconstrucción de Venezuela“, que són:

1. Restitución de la propiedad privada. Sin ella no es posible ni pensable iniciar una reconstrucción del país.

2. Regreso al Estado de Derecho.

3. Privatizar todas las empresas del Estado, comenzando por PDVSA.

4. Utilizar al dólar como patrón monetario para evitar la inflación y la devaluación.

5. Un plan de gratificaciones para quienes descubran y permitan a Venezuela recuperar parte de las inmensas cantidades robadas a los venezolanos.

La tarea de reconstrucción será ardua y prolongada. Llevará tiempo desideologizar no solo a las Fuerzas Armadas, sino también a la totalidad de las instituciones del país y a los tres poderes del Estado. Llevará tiempo recuperar la economía, llevará tiempo reducir el nivel de pobreza, el nivel de inflación. Llevará tiempo, pero se podrá hacer. Se podrá hacer porque una vez fuera el tirano chavista, el mundo verá con otros ojos a Venezuela, las inversiones comenzarán a llegar, la credibilidad, la confianza. Todo esto necesitará de transparencia y de un fuerte combate a la abundante corrupción. Es posible, por supuesto, tal como lo ha hecho Argentina, logrando salirse de las garras del populismo estatista que implantaron los Kirchner durante largos y duros años: hoy, el país del sur, ve nuevos horizontes y respira nuevos aires.

No cabe duda de que Venezuela se encuentra en un momento crítico, sin embargo, ha llegado el momento de enfocarse en la reconstrucción y, de una vez por todas, comprender que más Estado, más intervencionismo, más populismo, más socialismo, más comunismo, más proteccionismo, no es la solución.

La respuesta se encuentra en los individuos. La solución se encuentra en volver a levantar a Venezuela desde las ruinas, desde el polvo absoluto y en implementar políticas públicas a largo plazo que protejan la libertad, la prosperidad, la propiedad privada y las nuevas y renovadas instituciones del país. Y más que nada, comprender que ningún país está destinado al fracaso. Comprender que la libertad es la solución y no el estatismo. Comprender que la responsabilidad y la transparencia son fundamentales para cualquier progreso, desarrollo y crecimiento, tanto económico como político y social.

Será entonces cuando los jóvenes venezolanos pondrán un pie en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía, pero no para irse y dejar atrás a sus familias y a la tierra que los vio crecer, sino para regresar.

Y por último, los venezolanos deberán tomar estas dos décadas como un duro y doloroso aprendizaje, para más nunca volver a caer en el mismo error de la trampa populista. Venezuela: es ahora o Cuba.

Publicado originalmente en Panampost, el 23 de mayo de 2017