Los resultados de la encuesta AuditorÃa a la Democracia 2012 ratifican la existencia de un desencanto creciente de la ciudadanÃa con nuestro sistema polÃtico. Múltiples cifras nos permiten constatarlo, entre éstas, la valoración de atributos constitutivos de una buena ciudadanÃa como “siempre obedecer las leyes y las normas†y “siempre votar en las eleccionesâ€, que disminuyen respecto a la medición de 2010 en 9% y 8% respectivamente. La confianza en las instituciones continúa bajando: un 50% de los encuestados se declara “nada interesado†en la polÃtica y sólo un 10% cree que los senadores y diputados representan los intereses de los chilenos. Resulta interesante saber qué cursos de acción tomarán los actores polÃticos para revertir esta situación.
Un camino es impulsar reformas institucionales y descansar en este Ãmpetu transformador olvidando el problema de fondo. No faltará el polÃtico que argumentará que esta crisis descansa en los partidos y su falta de recursos, abogando por el financiamiento público de la polÃtica, mientras la encuesta da indicios de que estas soluciones no están en lÃnea con los intereses de la ciudadanÃa. Otros plantearán la tesis del cambio al binominal como el elixir democrático, pero en ambos casos no se comprende la magnitud del problema. Tampoco se trata de obviar la importancia de las instituciones, pero la alquimia institucional no sólo debe descansar en los cambios comúnmente socializados al interior de la elite dirigencial.
Otro camino es indagar en alternativas que podrÃan ser más efectivas en la solución de estos problemas, como el impulso de mecanismos de devolución de poder desde las funciones estatales a la sociedad civil, y desde el gobierno central a las regiones, dejando de lado la desconcentración para orientarnos hacia una descentralización. Las cifras acompañan este giro: un 62% de los encuestados piensa que “los gobiernos regionales y locales deberÃan tener mayor autonomÃa financiera para la realización de programas y proyectos públicosâ€. Esta premisa es válida para organizaciones como los partidos polÃticos ¿o no es acaso la implementación de mecanismos como la selección de candidatos vÃa primarias, una devolución de poder desde las cúpulas a los militantes y ciudadanos? Los datos de la encuesta permiten sostener que la ciudadanÃa valora este cambio: un 61% prefiere a las primarias como sistema de selección de candidatos.
Nuestros dirigentes polÃticos no deben tomar el camino fácil de impulsar reformas estrictamente autoreferenciadas a sus lógicas de toma de decisión. Seguir este camino sólo significará deprimir aún más la sintonÃa entre la polÃtica y la ciudadanÃa.
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* Jorge RamÃrez es investigador del Programa Sociedad y PolÃtica de Libertad y Desarrollo.
Publicada originalmente en La Segunda (Chile), el 16 de enero de 2013