El Salvador: Nuevamente el IDHES

Por:

Héctor Pacheco

En:

Contrapunto

País:

Columnas

Fecha:

29 de noviembre de 2013

“Imaginar un nuevo país. Hacerlo posible” es el reto que la semana pasada el PNUD propuso al El Salvador. Como de costumbre el organismo internacional nos sorprende, no solamente con un diagnóstico muy acucioso sobre la realidad, sino con una propuesta muy estructurada y realista a favor del desarrollo del país enfocada en el bienestar de la gente.

El desarrollo humano consiste en la expansión de las capacidades de las personas para potenciar una vida digna. En este sentido, el PNUD crudamente nos señala que durante más de 100 años en El Salvador los modelos económicos no lograron el éxito esperado, a la vez que generaron una brecha de exclusión en términos sociales y favorecieron un sistema político lleno de intereses partidarios y alejando de los ciudadanos.

La desigualdad sigue siendo el gran problema del país, pero ahora el IDHES nos revela que ésta no es solo económica, sino que se ha extendido al bienestar social y a la toma de decisiones políticas. Ejemplificarlo no es nada difícil, justo en la misma semana conocemos sobre la aprobación de un Bono Navideño para la Asamblea Legislativa, por un costo de $2.3 millones, que en un contexto de crisis presupuestaria y de reclamos sociales hace más notoria la falta de representatividad y la inequidad política de la sociedad salvadoreña.

El Informe también afirma que luego del importante logro que significaron los Acuerdos de Paz, se han implementado 25 años de políticas públicas de carácter remedial, por lo que sugiere políticas públicas universalistas centradas en las capacidades de la gente y a favor del desarrollo.

Para lograr este ambicioso objetivo, el PNUD propone tres políticas: una Política Cultural Transformadora, que busque rescatar la convivencia ciudadana, basándose en políticas consensuadas que tengan un efecto solidario para el beneficio a largo plazo. Una Política Social Productiva, que pretenda mejorar el bienestar de las personas a través de la universalización de servicios sociales y que por tanto beneficie la productividad. Finalmente, una Política Económica Inclusiva, que permita duplicar el 9% de ahorro familiar y duplicar el 14% de inversión productiva, todo ello poniendo al centro de las políticas públicas al trabajo decente en el contexto de las familias salvadoreñas.

Ahora, el gran reto es, por un lado, atenuar la brecha entre gobernantes y ciudadanos que ha ocasionado la pérdida de credibilidad en la clase política, y por otro, fortalecer el compromiso ciudadano de retroalimentar con sus acciones a una nueva clase política, más comprometida; todo ello abandonando los fundamentalismos.

La visión con la que el PNUD impregna cada uno de sus informes es exageradamente sensata: “La verdadera riqueza de una nación es su gente”. Y aunque su análisis es duro, es bastante realista, y se vuelve un mapa para llegar al tan anhelado desarrollo, incluyendo a todos.

Con el nuevo ciclo político que está por iniciar, comienza una nueva oportunidad para verdaderamente imaginar un nuevo país y nuevamente el IDHES nos insiste en que un mejor El Salvador, para todos, es posible.

 

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* Héctor Pacheco, columnista de ContraPunto el 27 de noviembre de 2013.