Venezuela: La nada chévere Galtierización de Hugo Chávez

Por:

Guillermo Hirschfeld

En:

Infolatam

País:

Columnas

Fecha:

25 de noviembre de 2009

En el año 1982 Argentina atravesaba una profunda crisis económica. El proceso militar sufría un fuerte desgate interno, la popularidad del gobierno estaba en franco descenso, mientras la inflación crecía, el PIB se reducía, y las denuncias internacionales comenzaban a evidenciar lo que tiempos después se descubriría acerca del brutal atropello a los derechos humano que llevaba a cabo el Régimen. De hecho, entre marzo y abril ese año se congregaron varias manifestaciones contra el gobierno militar, algunas de ellas organizadas por los familiares de los desaparecidos y fueron reprimidas.

 

Leopoldo Fortunato Galtieri, el militar que ejercía la presidencia de facto de Argentina no tuvo mejor idea que iniciar una guerra contra el Reino Unido por la soberanía de las islas Malvinas. Más allá del allá de la legitimidad o no del reclamo sobre el cual pretendían justificar el conflicto, lo cierto es que Galtieri desde su irresponsable miopía, pensaba que iniciar un conflicto armado por la soberanía de los archipiélagos australes eclipsaría los conflictos internos y enfocaría la mirada de de los argentinos en un enemigo exterior. Murieron cientos de argentinos, y los ex combatientes hasta el día de hoy sufren las secuelas de esa absurda y trágica guerra.

 

La popularidad del presidente de Venezuela Hugo Chávez ha caído bruscamente en los últimos meses. La crisis económica golpea al pueblo venezolano. Además, las «soluciones» del caudillo para los problemas domésticos como la racionalización del agua a través de duchas rápidas no han hecho otra cosa más que empeorar su imagen interna. Por otro lado, la comunidad internacional ha comenzado a darse cuenta -tarde- de los atropellos a las libertades individuales y derechos fundamentales del régimen.

 

El presidente de Venezuela ha ido desplegando una serie de actividades que despertaron las alarmas en la comunidad internacional. Sintetizando: concentró la suma del poder público; cooptó tanto al poder legislativo, como al poder judicial y a los órganos electorales y demás instituciones del Estado; eliminó la autonomía de los Estados y gobiernos locales, superponiendo poderes con mayores competencias y presupuesto que obedecen directamente al poder ejecutivo, logrando vaciar de contenido los poderes de aquellos representantes elegidos por la voluntad popular; la libertad de expresión la fue exterminando a través de sucesivos arrebatos desde el poder a las licencias y concesiones de los medios que ejercían algún tipo de oposición al gobierno y, continuando con el manual de la intolerancia, se dedicó a cerrar radios y canales de televisión…

 

Pero la cosa se le empezó a poner fea, como decía antes, su popularidad cayó y las denuncias internacionales comenzaron a llover. Fue entonces cuando por la cabeza del caudillo debe haber pasado algún consejo del pasado de su amigo Norberto Ceresole. Ceresole es el sociólogo argentino que lo acompañó a su llegada al poder asesorándolo durante años. Recorrieron juntos Venezuela de punta a punta en su ascenso al poder y fue su principal mentor político.

 

Norberto Ceresole es recordado como un antisemita y fue acusado muchas veces de tener ideas nazis. En otras palabras, una joyita. La verdad es que no se puede decir que haya sido un paladín de la democracia liberal, curiosamente había sido el padrino ideológico de los carapintadas, un grupo de oficiales del ejército argentino que había intervenido en Malvinas y que en la semana santa de 1987 realizaron un alzamiento que desestabilizó la democracia ya instalada la en Argentina.

 

No sería de extrañar que el sociólogo argentino Ceresole al tratar de esculpir y dar forma ideológica a su prometedor hallazgo (Chávez) le inculcase en un ejercicio de nostalgia austral la maniobra bélica como huida hacia delante. Quizá le haya dicho, «Cuando las papas quemen, vos tirá la pelota para delante, y hacé la de Galtieri…».

 

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*Coordinador de Programas de América Latina de FAES

Fuente: Infolatam