Bolivia: El derecho a la vida

Por:

Oscar Ortiz Antelo

En:

El Deber

País:

Bolivia

Fecha:

4 de agosto de 2013

Una acción presentada por una diputada del MAS, que busca la despenalización del aborto en Bolivia, ha provocado un incipiente debate sobre un tema que afecta a los principios y valores de la sociedad. Desde el punto de vista constitucional y jurídico difícilmente la demanda pueda sostenerse. Argumentar que la garantía establecida en el art. 66 de la Constitución para el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos es suficiente para legalizar el aborto, implica desconocer el derecho a la vida establecido como el primer derecho fundamental reconocido en los tratados internacionales de derechos humanos y en la Constitución.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona. La Convención Americana de Derechos Humanos, a su vez, determina que toda persona tiene derecho a que se respete su vida, a partir del momento de su concepción. Tales tratados tienen aplicación preferente reconocida por nuestro ordenamiento jurídico. El Gobierno del MAS, que controla la justicia en Bolivia, ha asumido una actitud dual: sus ministros han apoyado la despenalización y el presidente y el vicepresidente han tratado de evadir el fondo de la discusión. Dado el poder que ostentan, es una obligación moral que le digan a la población cuál es su posición al respecto.
Esta es una discusión que trasciende los aspectos jurídicos. Para católicos, cristianos y para una mayoría de quienes creen en Dios, el aborto atenta contra el derecho a la vida desde la concepción. Incluso, para quienes no creen se plantea un dilema moral imposible de resolver en materia de derechos humanos, pues los niños no nacidos son personas que tienen el mismo derecho a la vida que quienes nacimos. No existe ninguna norma internacional ni principio religioso o moral que pueda justificar la diferenciación.

Esto no significa que desconozcamos el drama asociado a las lesiones o incluso las muertes que causan los abortos clandestinos o la pobreza en la que muchos niños serán criados al nacer. Son problemas que la sociedad debe afrontar y superar, pero no puede hacerlo a costa de dar vía libre a las muertes de niños no nacidos

 

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Twitter: @OscarOrtizA
Artículo originalmente publicado en El Deber el 1 de agosto de 2013