Latinoamérica: América Latina, crisis internacional y apertura económica

Por:

Francisco Garcés

En:

País:

Columnas

Fecha:

30 de octubre de 2009

La evolución de la economía internacional durante las últimas semanas, da cuenta de una mejora en las perspectivas económicas para América Latina. En la mayoría de los países de la región los mercados financieros se han recuperado, a partir de los niveles más bajos de hace 10 meses, observándose tasas positivas de crecimiento del crédito junto con un alza en los niveles de inversión. La crisis internacional se presentó en la región latinoamericana más bien como un shock comercial y financiero externo, siendo los principales factores de riesgo aquellos ligados a la exposición internacional de las distintas economías regionales.

 

Por este motivo, la principal consecuencia del deterioro económico experimentado por los países desarrollados, estuvo dada por la caída en los volúmenes de exportaciones hacia dichas naciones. Esto último se combinó con un descenso importante en los precios de las materias primas, lo que configuró un escenario en el que el valor de las exportaciones cayó de manera dramática.

 

Sin embargo, los efectos de la crisis no se restringieron a la caída experimentada por el intercambio comercial. La región ha sufrido también por un descenso en los flujos de capitales, tanto desde los países desarrollados como de otras economías emergentes. Las inversiones, tanto locales como del extranjero, también se vieron perjudicadas, fruto principalmente del mayor costo de endeudamiento que debieron enfrentar las empresas. En los países menos dependientes de las materias primas, la caída en el turismo y las menores remesas enviadas desde el exterior fueron también factores de riesgo que impactaron negativamente en su desempeño económico.

 

Con todo, los precios de los activos y de las materias primas han mostrado un notorio repunte desde el segundo trimestre de 2009. Esto ha permitido recuperar parcialmente el valor de las exportaciones de los países de Latinoamérica, impactando positivamente en las perspectivas de crecimiento para el 2010 y disipando en parte la incertidumbre existente respecto a la manera en que evolucionarían los precios de los commodities como el resultado de a crisis internacional.

 

De todas formas, la demanda de los países desarrollados por manufacturas se mantendrá débil por un período aún más largo, por cuanto dependen de un repunte en las tasas de consumo en la población de esas economías. De la misma manera, es esperable que tanto el turismo como las remesas desde el exterior se mantengan débiles. Estas últimas variables dependen directamente de la evolución del desempleo y del consumo en los países desarrollados. Dado que dichos indicadores se mantienen aún debilitados, la industria turística y las remesas podrían recuperarse recién a mediados del 2010.

 

Frente a ese panorama recién descrito, es de suma importancia que las economías latinoamericanas se mantengan abiertas y exentas de restricciones o controles ineficientes en sus mercados, que, generen barreras para su recuperación del ciclo económico y para su crecimiento a mediano plazo.

 

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*Director del Centro de Economía Internacional del Instituto Libertad y Desarrollo